Donde estamos y para donde vamos

En un mundo en constante transformación, donde la tecnología y las comunicaciones digitales están más presentes que nunca, nos encontramos en una encrucijada. La pregunta que nos debemos hacer es: ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos? En esta era de conexiones virtuales y medios digitales, es esencial que reflexionemos sobre nuestro papel en la sociedad y cómo podemos utilizar estas herramientas para evangelizar y llevar el mensaje de salvación.

La respuesta a esta pregunta no es un misterio, sino un llamado a la acción. Debemos vivir en certeza, con la convicción de que estamos aquí por una razón, y nuestro camino debe estar en sintonía con un propósito mayor. A medida que caminamos por este sendero, debemos hacerlo de la mano de aquel en quien encontramos fortaleza y guía: Dios.

Sin embargo, no estamos solos en este viaje. Nos rodean hermanos y hermanas que comparten la misma visión, que anhelan ser verdaderos servidores en el Ministerio. La comunidad es un pilar esencial en este camino, y juntos somos capaces de lograr más de lo que podríamos imaginar.

En esta búsqueda, es fundamental recordar que no debemos comparar nuestros caminos ni intentar caminar los caminos de otros. Nuestro crecimiento es personal y único, y es importante dejar que Dios nos use para cumplir SU propósito en nuestras vidas y en el ministerio.

¿Dónde comenzaremos esta labor? La respuesta es diversa y abarca varios espacios: la iglesia, nuestros hogares, sitios web, redes sociales y plataformas digitales. La misión está en todas partes, y es nuestro deber prepararnos para ella.

Cambiar el chip es el primer paso. En lugar de ser meros consumidores de contenido digital, debemos convertirnos en creadores activos. Debemos explorar, experimentar y dar testimonio de nuestro viaje espiritual a través de estas herramientas digitales.

El tiempo también es un recurso valioso. Para abrazar completamente el ministerio digital, debemos reservar tiempo para ello en nuestras vidas ocupadas. Solo cuando priorizamos esta misión podemos ver su verdadero potencial.

Este es un llamado a la reflexión, la acción y la transformación. Descubrir nuestro propósito en el ministerio digital es un viaje apasionante que nos desafiará, nos inspirará y, en última instancia, nos conectará con un propósito superior. El mundo digital es un lienzo en blanco, y juntos podemos crear contenido significativo y dar testimonio de la obra de Dios en nuestras vidas.

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