Una gran diferencia

Quizá uno de los pensamientos más repetitivos en la mente humana es “los orgullosos viven felices, a los malvados siempre les va bien; nunca les pasa nada malo, ni siquiera cuando ofenden a Dios” (Malaquías 3:15) Y esta forma de pensar nos lleva a otra declaración bastante común “No vale la pena servir al Dios todopoderoso.” (Malaquías 3:14)

Y a simple vista pareciera que la razón acompaña a ese tipo de pensamientos, pues con solo darle un vistazo a un día ordinario nos damos cuenta que la lógica humana tiene toda la razón, pues el hombre escribe o habla cosas ofensivas de Dios, o presenta argumentos sin considerar por un momento que piensa Dios de ellos; atreviéndose a ignorarlo y negarlo.

Con arrogancia el hombre dice «si Dios existiera ya hubiera actuado o no permitiría que esto o aquello aconteciera” por esto se atreve a proclamar que no vale la pena creer en Dios o aun peor servirle.

Para nuestra edificación quisiera decir que si este es tu caso y te has pregunto en alguna ocasión que si vale la pena servir a Dios o creer en Él; déjame citar una porción bíblica en Malaquías 3:13-18 Dios le habla a Israel sobre el tema y le pone en claro que, aunque el permita que su creación (Hombre y Mujeres) se rebele y profiera expresiones blasfemas contra Él, esto no implica que el no exista o más aún que no existe una diferencia entre servirle o no servirle.

Dios ha establecido un día (como límite de tiempo) para dejar actuar a su antojo a los hombres y mujeres, y al llegar ese día se notará la diferencia entre servir a Dios y no servirle, entre el justo y el impío, Entre Creer en él y no creer.

Dios deja en claro que cuando ese momento llegue EL SERVIR A DIOS MARCARÁ DIFERENCIA, y que de seguro habrá valido la pena haberse guardado para Dios; no viviendo bajo los lineamientos de este mundo sino de Dios nuestro CREADOR. “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor.” Juan 12:26.

Del escritorio del pastor. JAF.