Regala una flor

Esta mañana Dios habló a mi corazón a través de la Naturaleza, al pasar cerca de un árbol contemplé una pequeña flor que salía de un tronco de una Ramá. Mi curiosidad me hizo detenerme y observar que dicha flor salía de donde estaban las cicatrices de los golpes del machete con que cortaron la rama del árbol. 

Reflexionando cuán importante es aprender a sacar cosas buenas de nuestras heridas, que cada golpe o cicatriz pueda producir en nosotros un aprendizaje. 

Que no veamos los problemas como obstáculos sino cómo peldaños para alcanzar madurez y por supuesto que ninguna herida o cicatriz quite la oportunidad de dar una flor para alegrar el día a personas que se acercan a nosotros.

“Regala una flor aunque estes herido”

¡Bendiciones!